La virginidad siempre ha sido tema de polémica y no solo en la edad media o en el siglo pasado, sino también hoy, sobre todo la virginidad de la mujer. Hoy en día las cosas están cambiando, y a veces que una mujer diga que es virgen es algo que se considera, casi, como “de-mode”.
La virginidad, es decir, el no haber mantenido nunca relaciones sexuales coitales, tuvo un gran valor durante muchos siglos. Esto remitía a la pureza como un valor, a la castidad, cada futuro esposo la reclamaba casi como una pertenencia.
Pero hoy en día nos encontramos ante un nuevo fenómeno. Para las adolescentes conservar la virginidad no tiene mucho sentido, moral. Incluso hay un gran sector de éstas que sintiendo amor por sus parejas, no encuentran que tener relaciones sexuales sea un acto pecaminoso como hasta no hace mucho tiempo era considerado.
Si nos remitimos a cifras, podemos decir que a los 18 años cerca de un 65 % de chicas ya se inició sexualmente según un estudió que realizó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en países latinos como Argentina, Uruguay, Paraguay.
Según esta encuesta la mayoría de las chicas consideran que la primera relación sexual les gustaría tenerla con su novio y solo un pequeño porcentaje afirma que antes debería casarse.
LAS QUE NO DEBUTARON
Algunos de los motivos por los cuales algunas chicas no deciden debutar son porque, no conciben el sexo sin amor y sienten que no han encontrado el chico adecuado para hacerlo. Pero solo un pequeñísimo porcentaje afirma que quiere llegar virgen al matrimonio.
Si tenemos en cuenta hoy por hoy la edad de iniciación sexual de las jovencitas, podemos afirmar que entre los 15 y 16 años un 48 % no ha debutado aún. Quizás el auge dramático de las infecciones de transmisión sexual como el sida por Ej. Puede atenuar este dato y así retrasar el debut sexual por razones de miedos, profilaxis, etc.
UN ESTIGMA
Pero los tiempos han cambiado. Y parece ser que la virginidad, pasó de moda. Lo que antes era una virtud, un honor, hoy, por el contrario. Pasó a ser un estigma. Mientras aquellas “doncellas” llevaban hasta el altar algo que consideraba una cabeza en alto, un “resistiré” parafraseando una tele comedia muy actual y por ende gozando ¿para si? de una mejor reputación, podríamos preguntarnos que lleva hoy, en la actualidad a estas otras chicas casi transgresoras de una moralina inculcada a fuerza de no se sabe que, a mantener su algo desprestigiada integridad hasta la noche de bodas.
En este sentido la iglesia es muy clara: “tener relaciones sexuales prematrimoniales constituye un pecado, hay que llegar virgen al matrimonio”. Pero, ¿por qué? Podríamos preguntarnos, primero que nada porque casarse es la entrega de amor eterno que se hace ante Dios. Si no fuese así, se está tomando posesión de algo que todavía no es de la persona, de la mujer. Sucede entonces, que en algunos sectores de la sociedad, la virginidad es considerada un supravalor.
CUERPO FEMENINO
Según Laura Caldiz y Diana Resnicoff en el libro, Sexo, mujer y fin de siglo, “la historia de la virginidad en nuestra cultura es en sí misma la historia del cuerpo femenino: un cuerpo que durante siglos no fue nuestro. Históricamente, la mujer perteneció al hombre, él se hacia cargo de ella a través del matrimonio. El contrato matrimonial era, entre otras cosas, un contrato de pertenencia de la mujer al marido, que incluìa la pureza como condición ineludible. De esta manera, el marido adquiría un cuerpo que no había pertenecido a nadie. La familia de la mujer cuidaba celosamente su virginidad para posibilitar su futuro casamiento”
Aunque parezca mentira, estas precauciones tienen su sentido, pues sin anticoncepción sexual cualquier relación podía terminar en un embarazo, con el consiguiente repudio a la mujer de parte de la sociedad y de la familia inclusive las dificultades de ser una madre soltera.
De esta forma es que la virginidad se elevó a la enésima potencia de valor supremo, como una dote simbólica que en cierta forma daba normas al hombre y a la mujer en el matrimonio, ya que la mujer que seducía con su aparente ingenuidad y estaba absolutamente despojada de la fiebre del deseo sexual y la embriaguez de la “carne” conformaba una dinastía segura llena de ingenuidades y sin sospechas.
Pero el cuerpo femenino tomado de esta forma se remite absolutamente a la regulación de la sexualidad femenina: “si SOS importante mujer, es porque SOS capaz de reproducirte”, algo así.
Pero esto empieza a resquebrajarse con los movimientos de la liberación femenina en los años 60, y aquí, por suerte, se le da la oportunidad a la mujer de disfrutar de su cuerpo, y la sexualidad se transforma en deseo y placer, ya no como algo pecaminoso, sino como TODO UN DERECHO.
LEJOS DE AQUELLOS TIEMPOS
Los jóvenes hoy en día ya no encuentran un encanto especial en la mujer virgen. En algunos no tiene ni siquiera ningún sentido. Pero en realidad muchos de ellos sienten cierto pánico de encontrarse en la intimidad con una chica que aún no ha debutado sexualmente. Parece como si fuera demasiada responsabilidad.
A muchas chicas no les alcanza como a los varones sentir solo atracción física para tener su primera vez. Algunas esperan el tiempo que sea hasta encontrar el hombre indicado, para así hacer lo que tengan ganas.
Para otras en cambio, la virginidad no tiene un valor especial, y depende de su autoestima si se sienten menos porque, comparándose con sus amigan que sí han tenido relaciones sexuales, y ellas no, les lleva a muchas a debutar sin verdadera conciencia de lo que están haciendo. Sin embargo, renunciar a lo que parece un valor, como la virginidad, no parece una labor fácil para muchas chicas, pues todavía queda aquel vestigio de que una mujer desflorada se va a sentir desvalorizada, disminuida.
Pero lo controvertido, es que, aquellas chicas que defienden su virginidad a raja tabla evitan la penetración pero tienen juegos sexuales sin preservativo ignorando que el derramen de semen entre las piernas puede originar un embarazo ola transmisión del virus del VIH-sida. Incluso a veces sucede que muchas adolescentes se desilusionan cuando llegan a la consumación, porque antes, con los juegos sexuales, se excitaban mejor, y ahora no.
MISTERIOS DETRÁS DEL HIMEN
Siempre la desfloración de las vírgenes estuvo rodeada de un halo incógnito. Los gitanos aun hoy celebran la ceremonia del pañuelo blanco, por medio del cual una mujer mayor, sabia, lo introduce con sus dedos en la vagina de la novia para luego mostrarlo ensangrentado. (Como si la sangre fuera seguridad de virginidad). Otra costumbre terrible es la mutilación genital que sufren más de cien millones de mujeres y niñas de 28 países africanos. Incluso en Turquía las mujeres deben someterse a tests periódicos para probar su castidad ante las autoridades del gobierno.
“Si tu vagina se vistiera, ¿qué prendas se pondría?
Zapatillas de básquetbol rojas y una gorra con la visera hacia atrás.
“Si pudiera hablar, ¿qué diría?
Diría palabras que empiezan con “V” y por “T”. Como tortuga y violín, por ejemplo.
“A que te recuerda tu vagina?”
A un durazno oscuro y bonito. O a un diamante que encuentro en un tesoro y que es mío.
¿Qué tiene de especial tu vagina?
En alguna parte de ahí dentro sé que tiene un cerebro muy inteligente
¿A qué huele tu vagina?
A copos de nieve
••• Mily 💜
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